Directo al Grano.
POR: ROBERTO RAFAEL ROSANIA
FEB 22 2021.
Siempre tuve una disyuntiva, si estudiar comunicación social-periodista y derecho, pero confieso que me fascinaba el periodismo, y creo que en mi influenció los escritos de Gabriel García Márquez y el combo de la revista Alternativa donde escribían Antonio Caballero Holguin, Enrique Santos Calderón, Antonio Morales Rivera, Daniel Samper Pizano, y el auge de periodistas del diario El Espectador, encabezado por su director Guillermo Cano, un periodista de altos kilates tanto en calidad periodística y el aspecto moral. Quién fue asesinado por el poder de las mafias del narcotráfico que a punta de bombas arremetieron contra el edificio de ese importante diario liberal.
Es bueno recordar periodistas, que han caído bajo el fuego de las mafias políticas y del narcotráfico como Guillermo Cano, Luis Carlos Galán. El periodismo ha dejado una cuota de sangre significativa en esta violencia que sacude al desde hace más de 60 años. Hombres importantes en los medios, como Álvaro Gómez Hurtado, periodista y director del diario de orientación conservadora El Siglo, Galán, quién diera sus primeros pinitos en el periodismo en el diario El Tiempo al lado de Daniel Samper y Enrique Santos, y Jorge Enrique Pulido, periodista de televisión quién fue acribillado por el narcotráfico en su carro en la ciudad de Bogotá.
Y qué decir del recordado y reconocido humorista Jaime Garzón, quién tuvo vinculados a los noticieros televisivos, gracias a su excelente y fino humor que el periodista Yamid Amat, matizaba en los noticieros como una manera de analizar a través del humor la situación del país. Cayó también ‘ajusticiado’ por las manos criminales de la mafia de las décadas de los 80s y el 90s que se tomaron el país y sitiaron al Estado con sus tenazas tenebrosas y que asesinaron ministros como los inmolados Rodrigo Lara Bonilla y Enrique Low Murtra.
Momentos críticos no solo vivió el país, sino el periodismo ante las amenazas y acciones de las mafias del narcotráfico y por qué no, del poder que construyó la guerrilla de las FARC, Eln y otros actores armados en grandes regiones del país, donde la actividad del periodismo era un blanco fácil para intimidar a los medios de comunicación.
Las cifras escalofriantes dadas a conocer por la Flip (Fundación para la Libertad de Prensa) nos demuestra cuan difícil es ejercer el periodismo en Colombia, el oficio más hermoso del mundo, pero a la vez el más peligroso del mundo, como lo dijo nuestro Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Quién en el año de 1.979, tuvo que abandonar despavoridamente el país, porque el famoso Estatuto de Seguridad del presidente liberal Julio César Turbay, se lo iban a aplicar por sus escritos en la revista Alternativa y sus editoriales en el diario El Espectador y sus pronunciamientos políticos, lo cual le tocó desesperadamente montarse en un avión con rumbo para México, donde se asiló y pasó sus últimos días de su vida al lado de su familia.
Hasta el año 2019, se han presentado 515 atentados a periodistas en ejercicio de su profesión, muchos de ellos agredidos por los agentes del Estado en el cubrimiento periodístico de las protestas sociales en los últimos años. Más de 1.100 periodistas en los últimos 4 años, han sido despedidos de sus trabajos por la crisis que viven los medios de comunicación en Colombia, según la Flip.
Además, a ésto se le agrega, que más de 515 periodistas han recibido amenazas de muerte, y les ha tocado cambiar de ciudad y otros, hasta salir del país. Desde el año 2019, hasta hoy, han sido perseguidos y amenazados 583 periodistas, dos asesinados, ataques a las sedes de los medios de comunicación, dos periodistas han sido secuestrados. En el Congreso de la República se han presentado 15 proyectos de ley, que buscaban limitar la libre expresión en las redes sociales e Internet. Pero bueno, de tanto pensarlo, de sí estudiaba periodismo o derecho, me ha gustado el derecho, y la política, y logré ser funcionario en altos cargos y luego concejal de mi ciudad, con mucho orgullo y responsabilidad. Pero todo ello, se lo debo al periodismo, el oficio más antiguo y hermoso, pero el más peligroso.
